Mostrando entradas con la etiqueta PÁGINA 34. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PÁGINA 34. Mostrar todas las entradas

jueves, 14 de enero de 2010

HOLDEN CAULDFIELD


Yo tengo dieciséis, no soy muy fea ni muy guapa. ¿Tú sabes si Holden Cauldfield es guapo? Ni puta idea, ¿verdad? Algunos se acuerdan de que es alto, y de que tiene un mechón de pelo gris aunque sólo tenga die­cisiete años. Pero nada más. En cambio, si fuera una chica, todos querrían saber si es guapa o no. Todavía hoy.
página 36

jueves, 10 de diciembre de 2009

TOTAL ECLIPSE OF HEART, Bonnie Tyler

En cambio, estos dos tipos a quienes no he visto en mi vida, que nunca me han abrazado ni me han puesto la mano en la nuca ni han hecho que me parta de risa, pues esos tipos, mientras cantaban dentro de la pantalla de YouTube, sí era como si hubiesen pasado el aire de una orilla a nado y estuvieran en todas partes, también conmigo. No por la pantalla, porque les viese, sino porque les esta­ba oyendo. Y hasta hubo unos segundos en que los dos me trajeron al padre de Vera. Entrar en una can­ción tiene que ser como la electricidad: en vez de un sitio, algo que te atraviesa y, mientras lo hace, la atracción hacia unas cosas y la repulsión hacia otras se vuelve muy potente. Tanto que tienes la impresión de estar siendo abducida y ahí estás tú, fuera de órbi­ta, en un sistema planetario nuevo donde importa lo que vibras, deseas, blasfemas y sueñas mientras vives esa maldita canción.


página 34
http://www.youtube.com/watch?v=DxExjSY4vVE

[MORIR ES RETIRARSE...], Jaime Sabines



A lo mejor estaban un poco muertos, como el pa­dre de Vera. Aunque eso sólo sería si el cura del fu­neral y su poema tuvieran razón: morir es retirarse, hacerse a un lado, / ocultarse un momento, estarse quieto, / pasar el aire de una orilla a nado / y estar en todas partes en secreto. Pero morir no es eso, ya me gustaría. Yo creo que el padre de Vera no estaba con­migo en la biblioteca. Vale, lo que yo me acuerde de él sí que estaba. Lo que me enseñó, todas esas histo­rias. Pero él no estaba. A lo mejor estaban un poco muertos, como el pa­dre de Vera. Aunque eso sólo sería si el cura del fu­neral y su poema tuvieran razón: morir es retirarse, hacerse a un lado, / ocultarse un momento, estarse quieto, / pasar el aire de una orilla a nado / y estar en todas partes en secreto. Pero morir no es eso, ya me gustaría. Yo creo que el padre de Vera no estaba con­migo en la biblioteca. Vale, lo que yo me acuerde de él sí que estaba. Lo que me enseñó, todas esas histo­rias. Pero él no estaba.




página 34